Dentro la familia Fabaceae se encuentra una enorme cantidad de plantas con hábitos muy variados. Algunos ejemplos representativos incluyen especies que comemos casi que a diario en Costa Rica como los frijoles, lentejas y garbanzos, así como árboles inmensos como el Almendro de Montaña (Dipterix panamensis), el cual resalta como fuente principal de alimento de la amenazada Lapa Verde (Ara ambiguus) o el Guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), bien conocido por ser el árbol nacional de Costa Rica. Esta familia incluye también bejucos como el Ojo de Buey (Mucuna spp.) o la hermosa Escalera de Mono (Schnella guianensis) que nos maravillan con sus intrincadas formas entre los densos bosques.
Pero, hoy me gustaría comentarles sobre un interesante grupo de árboles conocidos como Guabas y Cuajiniquiles, incluídos en el género botánico Inga.
Con 281 especies aceptadas, las Inga son nativas del continente americano y se distribuyen desde México hasta Argentina(1). En Costa Rica contamos con más de 50 especies(2,3), de las cuales varias han sido tradicionalmente sembradas con el fin de dar sombra en cultivos de café y cacao, así como por poseer frutos con un tejido comestible delicioso que envuelve la semilla. Basta con ir a cualquier feria del agricultor para encontrar diferentes frutos de guaba a la venta y disfrutar de su sabor.
Durante las jornadas de siembra de árboles y restauración de sitios degradados en los que he tenido el placer de participar, he logrado ser testigo de los múltiples beneficios que el uso de diferentes especies de Inga traen y me gustaría compartilos con ustedes:
1. Rápida germinación
Las especies de Inga en Costa Rica se reproducen fácilmente por semilla con una tasa de germinación usualmente alta. El proceso para extraer las semillas del fruto se puede hacer de forma manual tras a haber secado rápidamente los frutos al sol en un sitio con buena aireación natural(4). Para germinar las semillas, hemos tenido excelente resultados sembrando las semillas en agujeros individuales, de manera vertial (con el lado que tiene una »cruz» hacia el suelo) cubriendo con el sustrado superficialmente, de manera que la semilla quede cubierta hasta la mitad. Muy importante mantenerlas húmedas.




2. Rápido crecimiento, sombra y control de hierba
La mayoría de especies de Inga son árboles pioneros, de rápido crecimiento, que ocupan de condiciones de abundante luz y que pueden llegar a crecer varios metros por año.(3) En áreas abiertas con suficiente acceso a luz, estos árboles pueden desarrollar un patrón de ramas amplio que forma una copa en forma de sombrilla que crea sombra modificando el microclima bajo él. Además, el hecho de que produzcan abundante hojarasca de lenta descomposición lo hacen una muy buena opción para el control parcial de hierbas bajo el árbol, permitiendo además, el crecimiento de otros árboles y arbustos con necesidades de mayor humedad y menor exposición a la luz.

3. Tolerancia y mejoramiento de suelos pobres
Varias Inga están adaptadas para desarrollarse en condiciones de suelos ácido, pobres y/o degradados y, como si fuera poco, se ha comprobado su gran utilidad en el mejoramiento de las condiciones y fertilidad del suelo a través de la fijación de nutrientes y producción de hojarasca.
Al igual que otras leguminosas, las Inga viven de forma simbiótica con bacterias que proliferan en el suelo y son capaces de fijar nitrógeno de la atmosféra (N₂), transformándolo en una forma que las plantas puedan asimilarlo. El nitrógeno es un elemento vital para la nutrición de las plantas.(5) ¡La próxima vez que vayas a sembrar un árbol de Inga u otra leguminosa, nota los nódulos en la raíces que albergan estas bacterias fijadoras de nitrógeno!

Además, estas plantas poseen otra fascinante relación simbiótica con hongos conocidos como Micorrizas. En esta relación, los hongos entran dentro de las raíces de las plantas, pero no para dañar las raíces si no para ayudarse mutuamente. El hongo recibe de la planta azúcares y otros alimentos procesados, y a cambio, hongos salen a recorrer el suelo, pudiendo alcanzar sitios que para las raíces sería mucho más difícil, y de ahí, transportarle a la planta nutrientes y agua. Las micorrizas son especialmente útiles para transportar elementos muy importantes para las plantas como el fósforo.(6)
4. Interacciones con animales
- Sus hojas son fuente de alimento y son hospederas de algunos insectos como mariposas, membrásidos, entre otros. Por ejemplo, Inga marginata es la planta hospedera de una de las mariposas más espectaculares del país llamada Morpho cypris. Además, mamíferos como los Monos aulladores (Alouatta palliata) también se alimentan de hojas de varias Inga.
- Los múltiples insectos, arañas y otros invertebrados que viven en estos árboles son a su vez, una fuente importante de alimento para muchos otros organismos como aves insectívoras como Reinitas (Parulidae), Perlitas (Polioptilidae), Cucos (Cuculidae), entre otras.
- Una característica diagnóstica de las Inga es la presencia de glándulas entre los foliolos de las hojas. Estas glándulas segregan pequeñas cantidades de néctar que son consumidas por hormigas muy variadas como las del género Camponotus, Myrmelachista, Solenopsis y Phiedole, las cuales proveen de protección a la planta contra otros insectos herbívoros.(3) Además, varios insectos como escarabajos y algunas aves como mieleros (Dacnis, Cyanerpes) y tangaras (cómo Ramphocelus passerinii) también incluyen de este néctar extrafloral como parte de su dieta.
- Sus flores usualmente blancas o verduzco-amarillentas con numerosos y muy llamativos estambres son ampliamente visitadas por múltiples animales como aves que incluyen néctar dentro de su dieta como colibríes (Trochilidae), bolseros (Icteridae) y reinitas (Parulidae), así como mariposas, polillas. abejones, moscas, murciélagos, entre otros.
- Los frutos en forma de vaina alargada presentan semillas cubiertas por un tejido blanco, jugoso y dulce (técnicamente llamado sarcotesta)(2) consumido por aves como loros, pericos y tangaras, así como por ardillas y monos. ¡Y a muchos humanos también nos encanta comerla! de hecho, hay evidencia que los humanos usamos distintas especies de Inga desde hace unos 2000 años. Actualmente se reconocen algunas pocas especies de Inga cuyas semillas sean comestibles para nosotros los humanos (cómo es el caso de Inga jinicuil), pero algunas aves como loros, pericos y lapas suelen alimentarse de las semillas de muchas Inga.




¡Ahora si! Con esta pequeña introducción te habrás dado cuenta por qué las Guabas y Cuajiniquiles son nuentras grandes aliadas en proyectos restauración de sitios degradados, sombra para cultivos, producción bajo sistemas agroforestales, cercas vivas, reforestación y mucho más.
¡Siembra plantas, cosecha felicidad!
Referencias:
- Inga Mill. (2024). The International Plant Names Index and World Checklist of Vascular Plants. Recuperado el 23 de junio de 2024 de Inga Mill. | Plants of the World Online | Kew Science
- !Inga Mill. (2016). Missouri Botanical Garden. Recuperado el 23 de junio de 2024, de http://www.tropicos.org/Name/40031040
- Zamora N. y T. Pennington (2001). Guabas y cuajiniquiles de Costa Rica. 1ra edición. Heredia. Costa Rica. INBio.
- Rojas-Rodríguez, F., & Torres-Córdoba, G. (2018). Árboles del Valle Central de Costa Rica: reproducción guaba (Inga marginata Willd.). Revista Forestal Mesoamericana Kurú, 16(38), 72-74. doi. 10.18845/rfmk.v16i38.3999
- Guzmán Duchen, Daniel, & Montero Torres, Julio. (2021). Interacción de bacterias y plantas en la fijación del nitrógeno. Revista de Investigación e Innovación Agropecuaria y de Recursos Naturales, 8(2), 87-101. https://doi.org/10.53287/uyxf4027gf99e
- Soto-Muñoz G. (2022). Micorrizas. Aliados naturales contra el cambio climático. Ficha técnica. Recuperado el 23 de junio de 2024, de Micorrizas: aliados naturales contra el cambio climático. Fichas técnicas (platicar.go.cr)

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